“El tono de la gente triste es el Re-menor: Re-Fa-La. Es el acorde de los pobres porque tiene color gris. La gente que sufre está toda en Re-menor”.

El Re-menor, y que disculpen los músicos si el dicho de Tomás, el Buenos Aires, les parece un grotesco, es un acorde musical de sonido apagado. Cuando se lo pulsa, ciertamente parece que le falta algo. Suena y pide algo. En su caso, otros tonos que lo ayuden a sostener la atención del que escucha. En el caso de los pobres misericordia que los ayuden a sostener su vida.

Sí, como los pobres, el Re-menor parece pedir. Desde que lo supo, y supo quién dijo la frase, el escriba de esta página también lo siente así.

¿Quién expresó esta tremenda, entrañable, afirmación que reproduce el título? ¿Quién percibió al pobrerío identificado con el Re-menor? ¿Quién fue capaz de manifestar semejante sentimiento? ¿Quién capaz de cargar con semejante sensibilidad. Bueno, un tipo al que todos los que lo conocieron hubieran querido parecerse por su porteñidad, su picardía, su noche, su mano abierta, su dejar pasar, su forma de entender la amistad y el mundo.

Muchos hubieran querido parecerse a él, también los pobres. Fue un gordo bueno.

Sí, Aníbal Troilo.